Locos Ilustres - Capitulo 1

El día había transcurrido de la misma manera que todos los anterior, un amanecer, aquella neblina característica de los primeros rayos del sol, el calor abominable, el juicio solar, aquel místico cambio de estafeta terrenal. Todo parecía indicar que este día era único, como los demás. Las personas iban y venían en compañía de otras personas tipicas de este lugar. 

Comenzaba a notarse, en aquel aire, la neblina de México citadino que vive a través de sus gritos marchantes y sonidos ambulatorios. Durante la media mañana, la afluencia de personas fue un poco menos de la normal. Algunos con comida, algunos con flores pero ninguno con aquellas caras largar características de el hogar. Pero al pasar de las horas, un grupo de extraños haría lo que muchos no hacían, estar felices. Curiosos, Inertes, un transeúnte como ningún otro.

Calles y calles recorridas, algunos con caras cansadas, agotadas, pero ninguno con aquella tristeza que caracterizaba a los pobladores de ese lugar. El grupo camino hasta perderse dentro de un complejo de cuatro paredes cuya altura no permite el observar dentro de la misma, ni entender, porque aquel grupo de personas se dirigían a este lugar tan extraño. Así transcurrieron los días.